La gran abuela Mari!

Así le decimos en mi casa, a reorganizar los muebles, lo que estaba arriba abajo, lo que estaba atrás adelante, en fin...un caos con final feliz!. A mi abuela, la Nona o Abuela Mari, le fascinaba cambiar de lugar sus humildes muebles y así ofrecer a los demás ambientes cómodos y acogedores. Tenía mucha inventiva, audacia y no le importaba como a mí, que los muebles fueran regalados y de quinta mano.
Estas son mesas de luz que estaban abandonadas en un taller, yo no soy adepta a las capas de pintura, así que están como me llegaron. Lo mejor para mí, es ver las marcas del paso de la vida sobre la madera.

Las coloqué así; una arriba de la otra, antes les retiré las puertas y limpié las mesas muy bien. Vinieron con un solo cajoncito, donde elegí colocar mis ovillos de hilo chino y las agujas para crochet, lavandas y rodajas de naranjas . EL otro cajoncito es de una vieja máquina de coser, allí coloqué cintas.
Ahora estoy pensando en unos canastos blancos de mimbre forrados, que me vendrían bien para mis telas.